Arte y política

En la primavera de 1983, durante la dictadura, las Madres de Plaza de Mayo y el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) convocaron -a instancias de una propuesta aportada por un grupo de artistas plásticos- a realizar lo que hoy se llamaría una gran intervención urbana: El siluetazo.

Consistió en dibujar a tamaño natural, 30.000 mil siluetas de hombres, mujeres y niños. Colaboraron organismos de derechos humanos, partidos políticos, centros de estudiantes, gremios y otras organizaciones sociales, con los objetivos básicos -de acuerdo a la convocatoria original- de "darle a la movilización una nueva forma de expresión y perdurabilidad en el tiempo", "crear un hecho gráfico que golpee por su magnitud física por lo inusual de su realización y renueve la atención de los medios de prensa" y a la vez provoque "una actividad aglutinante".

Julio Flores fue uno de los artistas plásticos que junto a Rodolfo Aguerreberry y Guillermo Kexel presentó esta propuesta a las Madres. "Originalmente la habíamos pensado para un salón anunciado en el año '81 por la Fundación Esso, que supuestamente no iba a tener límites -de censura-. Queríamos calcular cuánto espacio físico ocupa un desaparecido, representarlos en una gran tela donde imprimiríamos las figuras y medir en siluetas de 50 centímetros de ancho por 1,70 de alto, cuántas cuadras, cuántas manzanas ocupaban", recuerda. Al estallar la guerra de Malvinas, la Esso suspendió el salón.

"Guardamos la idea hasta que Guillermo Kexel llegó con el anuncio de que las Madres iban a homenajear a los jóvenes desaparecidos el Día de la primavera. Les llevamos la propuesta, socializando la idea. Ellas querían que las siluetas no tuvieran caras ni nombres y llevaran la consigna Aparición con vida. En la marcha, las propias Madres hicieron las modificaciones cuando una de ellas salió de la ronda para escribir el nombre de su hijo y la fecha de su desaparición. Así lo fueron haciendo otras. Lo que fue pensado como idea artística se transformó entonces en una herramienta política", contaron a María Rosa Gómez, del Observatorio de Medios de la Utpba.