La Trama oculta de los disturbios en Aeroparque

Los inconvenientes de demoras en los vuelos y pasajeros malhumorados se dan en medio de una feroz pelea subterránea entre el grupo español Marsans, titular de Aerolíneas Argentinas y Austral y el gobierno argentino. En el medio, los rumores de expropiación y juicios multimillonarios en dólares.

En el gobierno están convencidos que los inconvenientes de ayer en el Aeroparque Jorge Newbery tienen una relación directa con las negociaciones que están llevando adelante para la salida de los españoles de la línea aérea de bandera.

“Es mucha casualidad que ayer, a la misma hora, cinco aviones de Austral tuvieran problemas técnicos, solo detectados por los pilotos, que casualmente pertenecen al gremio más allegado a los españoles (UALA) y encima, el día después de conocerse un demoledor informe del Tribunal de Tasación que deja a Marsans prácticamente con un pie afuera de la compañía”, dicen en el entorno más inmediato a la intervención de AA, a cargo del ex intendente de La Plata Julio Alak.
En efecto, el miércoles se presentó ante la Comisión bicameral de seguimiento de las privatizaciones un informe del Tribunal de Tasación que asegura que la situación patrimonial de Aerolíneas Argentinas es "ruinosa", la empresa está en "quiebra virtual", su flota es "chatarra" y sus estados contables están sobrevalorados en un nivel “escandaloso”.

Ayer por la noche, los pilotos de Austral que habían llegado a los aeropuertos de Ushuaia, Tucumán, Comodoro Rivadavia, Calafate y Mendoza, se plantaron al mismo tiempo y dijeron que “no podían volar” con los aviones en las condiciones en las que se encontraban.

El ejecutivo cree de que se trató de una maniobra para enturbiar las negociaciones. El efecto inmediato fue que, por la mañana, faltaran aviones para embarcar, que los pasajeros se enfurecieran, que golpeen a quien salió a dar la cara a quien salió a hablar en nombre de la empresa y que el resto de los trabajadores de mostrador se solidaricen con sus compañeros y determinen un paro que generalizó el caos.

Recién a las 15 horas, con la presencia del interventor Alak y la mediación del diputado de extracción sindical Ariel Basteiro se levantó la medida. El mensaje ya había llegado. Fue el primer disturbio severo con usuarios desde que el estado asumió la operación de Aerolíneas.

El grupo Marsans ya adelantó que pretendía quedarse con la superavitaria Austral y devolver al Estado la deficitaria Aerolíneas Argentinas. Desde el estado esgrimen el informe del tribunal que indica, por ejemplo, que hay aviones alquilados que figuran como propios en la contabilidad de Aerolíneas, con una sobrevaloración general de la flota del 82 por ciento y del 45 por ciento para todos los bienes de uso.

Así, para el Tribunal, Aerolíneas y sus subsidiarias tienen activos por 239 millones de dólares y pasivos por 1.071 millones de dólares, lo cual arroja un valor negativo de 832 millones de dólares.
"Técnicamente no tenemos precio. El precio es cero porque la valuación es negativa y el comprador no tendría que pagar nada", dijo Martín, quien sostuvo que la empresa "se encuentra en virtual estado de disolución o quiebra por patrimonio neto negativo".

El informe enfureció a Marsans que esgrime un estudio de flujos futuros de fondos del Credit Suisse que indicaría que Aerolíneas y sus controladas valen entre 330 y 546 millones de dólares.
Con el informe en sus manos el gobierno avanzaría en la idea de la expropiación lisa y llana de la compañía, pese a las declaraciones en contrario del secretario de Transporte Ricardo Jaime.

Fuentes gubernamentales admitieron a Crítica de la Argentina que la decisión se daría a conocer luego de la reunión que la presidenta Cristina Fernández mantendrá con su par español, José Luis Rodríguez Zapatero, en la Cumbre Iberoamericana, que se celebrará en El Salvador la próxima semana.